lunes, 26 de mayo de 2014

HISTORIA DE ASTURIAS

Antiguo reino español situado en la parte septentrional de la Península Ibérica y que actualmente coincide con la provincia de Oviedo. La región asturiana ha sido poblada desde tiempos remotos, los restos prehistóricos de Peña Tu lo prueban sobradamente. La tribu de los astures, la primera conocida en esta zona, resistió estoicamente a la dominación romana. Pero eso fue hasta que llegó el propi
o César Augusto en persona y con un poderosísimo ejército; no obstante, los asturianos se sirvieron de las montañas a modo de refugio para evitar a toda costa el sometimiento, lo que no impidió que el emperador romano lograra su propósito. Asturias fue albergue del primer núcleo de resistencia contra la invasión musulmana. Así, en el año 718, decididos los árabes a someter a los astures rebeldes se lanzaron contra ellos, pero el pueblo astur estaba mandado por Pelayo, un joven visigodo, hijo del Conde Favila y espartario del rey Don Rodrigo. Las cosas no le fueron muy bien al español y tuvieron que refugiarse en las Cuevas de Covadonga con sus maltrechas tropas, mejor dicho, con lo que le quedaba: 30 hombres y 10 mujeres. Allí resistieron varios meses de asedio musulmán, alimentándose de miel silvestre y agua que se desprendía de las paredes de la cueva. Al llegar el invierno el enemigo, poco acostumbrado a aquellas temperaturas y al no haber conseguido ningún avance, decidió la retirada. Posiblemente fuera éste el paso en falso que necesitaban los de Pelayo para perseguirlos y hostigarlos ya que los moros, por su desconocimiento del terreno, recorrieron la zona por los sitios más difíciles. Hecho que facilitó enormemente la labor de limpieza de los astures que contaron con la colaboración extra de los aludes y desprendimientos de tierra y nieve, consiguiendo así desbaratar al ejército enemigo. Las leyendas de la época cuentan por cientos de miles las bajas de los musulmanes, cuando en realidad fue una pequeña escaramuza victoriosa de los visigodos seguida de un desgaste de la tropa enemiga en un medio que le era totalmente hostil. Todo esto ocurría a orillas del río Sella, primitiva corte de los reyes de Asturias, que fue reino independiente durante más de dos siglos (718 - 924). Durante los diecinueve años de reinado del Pelayo, el territorio aumentó considerablemente sus fronteras. Posteriormente, Alfonso I emprendió el camino de la reconquista consiguiendo recuperar para su reino las tierras de Navarra, Galicia, todas las tierras del Cantábrico y el norte de las del Duero. La Corte pudo trasladarse, por fin, desde Cangas de Onís a Oviedo. Eso fue en tiempos de Alfonso II el Casto, quedando asegurada esa capitalidad, más aún, cuando los moros fueros derrotados en Lutos, cerca de Oviedo. Con el progreso de las armas cristianas, el centro político de la Reconquista se desplazó hacia el sur, quedando reducido el territorio a una dependencia del Reino de León, con el nombre de Asturias de Oviedo. Esto ocurría mientras el reino era engrandecido por el rey Ramiro, que luchó durante su reinado en la famosa batalla de Clavijo. Alfonso III el Magno continuó ampliando los territorios por tierras leonesas y, Ramiro II, fundió el reino de Asturias al de León. En el año 1.388, Juan I de Castilla la constituyó en Principado, concediendo a su primogénito Enrique el título de Príncipe de Asturias que, desde entonces, llevarán todos los herederos del trono de España. Se puede decir que, a partir de este momento finaliza la tan particular historia de esta hermosa tierra.

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